viernes, 28 de junio de 2013

Los vínculos de la inseguridad


Como hace 30 días. Como hace 60 días. Como hace 2 años. Como hace muchos años. Nos autoconvocamos para reclamar a las autoridades acciones y medidas concretas para frenar la creciente inseguridad. Que no es una sensación, sino un problema real. Que no son salpicones, sino una mancha voraz, que devora todo a su paso.
Ante la falta de reacción, todos elegimos encerrarnos tras las rejas. Rodearnos de alarmas. Hasta algunos eligen el peligroso camino de comprar un arma. Que sólo puede aumentar el riesgo de un hecho fatal, aunque sea por un accidente. Mientras tanto, en el camino, vamos perdiendo los vínculos con otras personas, con la familia, con los amigos y sólo tenemos  por compañía un temor creciente.
Hartos de tener miedo de nuestra sombra. Hartos de sentir que no se confía en nadie. Hartos de esperar con angustia cuando seremos una víctima. Hartos de la falta de respuestas o de respuestas inadecuadas nos reunimos para hacer sentir nuestro pedido. Sin banderías políticas. Sin violencia. Porque no será convirtiéndonos en lo que sentimos que nos destruye diariamente, que es la violencia, que lograremos rechazarla. Porque la seguridad es un derecho irrenunciable, un bien público que nos corresponde.
La inseguridad no nace de la nada. No es una maldición que nos ha caído. Es una consecuencia de distintos hechos  ocurridos a lo largo de los años y en los que nos hemos deslizado, como la arena de un terraplén, sin que reaccionemos, mirando como todo empeoraba, como el chacarero que observa impotente negros nubarrones que anuncian una granizada, y no atina a poder hacer nada para salvar su cosecha. Y tiene que ver con todos los ámbitos de la vida social: la justicia, la educación, la salud, el deporte, la cultura y por supuesto la política. Como un ejemplo, hace años se hablaba de las drogas, como un delito de tránsito, pero hoy no sólo transita sino que está bien establecido.
Ante el creciente desmadre, los gobiernos atinan algunas respuestas: el municipio crea una Dirección de Orden Urbano, la nación crea un Ministerio de Seguridad, la provincia promete una profunda reforma. Y aparecen medidas: se gasta un millón de pesos en cámaras de seguridad y se presenta, ante los reclamos de un Plan de Seguridad el plan Vínculos.
El Plan Vínculos es un interesante programa que apunta a reconstruir, justamente esos vínculos sociales deshechos, con el cebo de fondos para los municipios y comunas, ya que el gobierno de la provincia de Santa Fe, a través del Ministerio de Seguridad, financiará al menos 95 proyectos a través de la afectación específica de recursos provenientes del Fondo para la Asistencia a la Seguridad Pública y Prevención Ciudadana. Pero los fondos de hasta 75.000 pesos, pueden ser un monto significativo para las comunas, sin embargo en un municipio como Villa Constitución, de un presupuesto de más de 120 millones, ni hablar Rosario de más de 3.500 millones, ese monto es una gota de agua.
Hemos pedido al Secretario de Seguridad, detalles del Plan de Seguridad de la provincia y recibimos un folleto del Programa Vínculos. Que no haya otra respuesta puede significar:
a) Que el plan es secreto
b) Que el plan se está elaborando
c) Que no hay plan ni idea semejante
Ante estas alternativas, esperamos que la verdad esté en cualquiera de las dos primeras opciones. Porque de no tener ninguna idea de plan significará que se desconocen las causas de la inseguridad ni los recursos que se tienen para combatirla lo que nos dejaría a merced de los planes de la criminalidad, que sí tiene planes. Porque entonces todas las medidas serán sólo cosméticas. El Programa Vínculos no constituye en sí un plan de seguridad.
A esta situación no llegamos en un abrir y cerrar de ojos. Hace muchos años, en los años 90, cuando la situación de seguridad empeoraba, ya reclamábamos. Hace 10 años también reclamábamos. Pero el estado de situación que hoy tenemos nos hace pensar que no fuimos oídos o que fuimos ignorados. Que las autoridades subestimaron los acontecimientos. Y sólo se adoptaron pequeñas medidas.
Hoy volvemos a reclamar los puntos peticionados en enero de este año:

1. La activación de la clave telefónica única o número 911.
2. Reposición de los 35 efectivos policiales retirados  de la tropa local.
3. Entrega de móviles vehículos y motos
4. La plena vigencia de la Reforma Judicial con el nombramiento del titular del nuevo juzgado penal así como del fiscal, así como el inicio de juicios orales.
5. Estado de situación de equipamiento y personal capacitado para poner en funciones la Policía Científica
6. Las tareas realizadas para el control de nuevos asentamientos
7. Un informe completo de la efectividad  de las cámaras de seguridad instaladas así como un reporte financiero que detalle el costo de mantenimiento y operación de las mismas. Esto lo pedimos en virtud de la petición formulada a nosotros por el Dr. Escajadillo de comprometernos en cumplir un rol de efectivo control del Plan de Seguridad en marcha.
8. Gestionar se avance en la investigación de los casos de homicidio acaecidos en nuestra ciudad y  no resueltos.

En este lapso lo único que se entregaron fueron algunos móviles, 3 para ser exactos, pero ¿es suficiente? ¿Es suficiente para una ciudad de más de 45.000 habitantes?¿Es suficiente teniendo en cuenta el desgaste que sufren funcionando permanentemente? Cualquiera dirá que algo es mejor que nada. Es cierto. Un hambriento prefiere un bocado a seguir padeciendo el hambre. Un sediento elegirá beber un vaso de agua a tener el vaso vacío. Pero cuando a un barco le está entrando agua a borbotones en la bodega ¿usará uno un balde para sacarla o una bomba? O si un incendio amenaza llegar a un depósito de pólvora ¿usa uno un vaso de agua para apagar el fuego? Si el barco se hunde, usar un balde retardará el hundimiento, pero no lo evitará. Un vaso no alcanza para apagar un incendio.
Hoy en consecuencia  volvemos a reclamar. Y seguiremos pidiendo, aún cuando no haya movilizaciones. Reclamamos a nuestros representantes compromiso, acciones, decisión. Aún más siendo época de elecciones. Porque creemos que somos un pueblo que no se debe dejar arrinconar por la corrupción de unos, la inoperancia de algunos y la violencia de otros. Porque no queremos acostumbrarnos al miedo ni vivir encerrados ni ver vidas tronchadas por la violencia de la inseguridad. Porque debemos tener la firme voluntad de no permitir que unos pocos arruinen la vida de todos.
Hace tiempo que el agua empezó a entrar en la bodega. Y sólo usamos un balde. Hace tiempo ya empezó un fuego que lentamente se aproxima al polvorín.  Llegó la hora de apagar el fuego, antes que el polvorín explote.

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